“Todo escritor trabaja con la palabra
y la palabra es como el agua que llevan los ríos.”
Henos aquí,
en Jujuy, en el último mes del 2013.
El tiempo como
las aguas de los ríos arrastra hechos, ramilletes de anhelos, nostalgias,
encuentros y desencuentros. En el pensarlos, intentamos quedarnos con los
positivos, ramilletes perfumados que la vida nos concede y nos concedemos, para
seguir viviendo con fe, para esperar llegadas de afectos y esperanzas con una
tenue sonrisa. Y en este discurrir, se nos viene a la mente y al corazón el
poeta amigo, el cronista sensible de Jujuy, Néstor Groppa. En su nombre ng se aúnan tantos otros que nos
animaron a leer, a conocer, a informarnos, a trabajar, con esa palabra que emociona,
con esa luz que alumbra, como Venus azul, primera en reflejar/nos el cielo, las
montañas, a los poetas, a los gentiles de corazón.
Néstor Groppa
testimonió el contexto vital que lo nutrió de manera sencilla, porfiada y siempre poética. Así, encontramos en sus
textos la visión nostálgica de los acontecimientos políticos-sociales de esta
tierra, porque Jujuy como mujer que lo seduce, lo dejó mirar su espíritu feliz
o condolido.
Y su nostalgia
se une a la nuestra, que nos permite expresar el infinito asombro que él supo
pintar con la imagen sutil del tiempo, de la naturaleza, de los pueblos, de la
gente, las cosas, de los que se han ido,
de los que están, de la vida.
Todo escritor trabaja con la palabra y la palabra es como el agua
que llevan los ríos. Y todos los ríos son los mismos y distintos al mismo
tiempo. Queremos, con ella, seguir sembrando. Hay tantas expresiones para recoger. Los artistas de Jujuy están inmersos
en la pródiga cultura de los valles, yungas, montañas, quebradas y puna. Alguna
vez, los hijos de los hijos de estos ríos que corren y no se detienen, sutiles,
a veces, bravíos, otras, también las cosecharán.
Mientras tanto, aferramos paisajes, trenzamos palabras y afectos de
aquí y de allá para ofrecerlas al lector.
Susana
Quiroga
CON LOS RÍOS DE JUJUY EL GRANDE Y LOS CHICOS
Deberíamos ver
qué arrastra el tiempo
y qué es, lo que el río lleva.
Aquél: este sitio
con vísperas, estaciones, aniversarios,
adolescentes, millones de niños
extranjeros y nacionales,
almacenes descuajados, minutos,
guerras, reclamos de amor,
A la vez, un surtido de ríos.
El río de agua decanta sauce, desembrolla
y desata ramilletes de barro,
desdobla cielos, empalma nubes
rehilando cabelleras, crines y tormentas
de tropeles.
Aquél - el tiempo-, también se
lleva a este río;
pero éste lo contiene,
le aguanta muertes y derrames – silencios, fallas-
todo cuanto maniobra, refuta y suma
sin que nadie lo sienta.
El río lo aúpa a sus crecidas
sobre el sauce que regresa verde por verde;
lo identifica en el pez multiplicado,
en la luna que ondula el agua.
Así entendemos cómo ambos caen y
se abrazan;
anudan y desanudan.
Aquél, por nosotros, y éste, por
la tierra:
lo mismo que decir por el futuro
sin mi,
derivado para entonces en depósito temporal
reservado, y sin ríos.
De Obrador.1988.
–. Ediciones “Buenamontaña”. S. S.
de Jujuy 1988.
Néstor Groppa, 1928- 2011