lunes, 17 de junio de 2013

Siempre, y en el día del padre

            Al recuerdo de mi padre

De un manotazo
se hizo añicos
el espejo de mi infancia.
Breve insulto del momento
pisoteada
la blanca luna de aquel tiempo.

Qué extraño desvarío
olvidó tu mano fuerte y tibia
la alegría vital de tu mirada
el camino largo
conocido.
Pero ya pulverizados los cristales
esparcidas las heridas
emerges
padre mío
y armada tu sonrisa
me hablas
en otra imagen
más nítida y cercana
más profunda
inconmovible
que sutura mis instantes
y recoge
el destello
inagotable.

De "Salvajes luces inquietas sombras"

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