En el
otoño de 2010, mayo 4, partió nuestro amigo poeta, cronista sensible de la
ciudad de San Salvador de Jujuy, Néstor Groppa. Y recordamos, al mirar la caída
de las hojas doradas, su libro “este Otoño”, donde el poeta
y el hombre se nos presentan afablemente. El uno sustenta al otro, los dos en uno.
Así decíamos en oportunidad de presentar ese texto: “Imposible separarlos de sí
mismos y de las primaveras, otoños y veranos en los que los versos pensaban al
hombre y el hombre construía al poeta, no sólo en el silencio de su
interioridad sino también a lo largo de los caminos y lugares por donde anduvo…
Y hoy, en este otoño de mayo, está con
nosotros, como siempre, en la emoción y la nostalgia ineludible, en el afecto, en su poesía. Porque Néstor
respiraba poesía, veía poesía en lo cotidiano, en las cosas, en la gente
sencilla, en las flores, en el mercado, en las ferias. Como aquel Quijote que
transformaba la realidad en idealismo puro, él
la transformaba en deslumbramiento emocionado y celebratorio, cristalino como
el agua de nuestros ríos.
¿Sabes, amigo nuestro? Venus nos sigue alumbrando, allí, donde anida
el poema, tu poema. Poeta y hombre continúan
caminando unidos en un mismo latido con generosidad extrema, con la visión
estética y compromiso luminoso que nos legó. Todos los días intentamos marcar
presencia en las hojas del Tarja que nos dejaras.
Néstor Groppa, auténtico
testimonio del Arte,
aquí estamos, recordándote con nostalgia.
No
nos olvides.
Susana Quiroga
CASA DE ESTAR
Los ríos se te
pierden camino de la aurora.
Ya
muchos remontaron arroyos del olvido
cargando
con sus flores, que una tenue señora
protege
junto al fuego que en su paz ha crecido.
El
álbum de familia de los pasos perdidos,
con
rostros revelados en un tiempo sin hora,
con
brújulas de piedra sobre el mapa extendido,
con
rulos de la luna sobre la mecedora,
van
siendo los transflores de la bella pintura
que
los años te trabajan con su hebra más pura.
Y
porque eres dolida nada más que de gente,
Yo
anduve por tus calles como docto cronista
que
cubrió tus cornisas, cual aquella florista
pastando
sus tinajas, silenciosa y ausente
EUCALAR CELESTE, LAPACHO ROSA – y otros
nombres del tiempo
–. Ediciones “Buenamontaña”. S. S. de Jujuy 1983.
***
32 NOTAS
con la ciudad sin alguien
Pienso en la ciudad que vive
yéndose.
Cambiando de estación en estación
aunque repita sus sobretardes, sus
encolumnadas lluvias,
sus nubes ordenadas hacia el ocaso.
Resulta, la ciudad que vive, una casona
colonial
con ventanas abiertas
y en la que corrieran los muebles
constantemente.
Tal vez un texto sin final,
con un piso de tierra y otro piso encerado,
un texto inacabable
- añadiendo, interpolando, suprimiendo -
alojándole una metáfora arbolada,
una tubería, una reparación vial.
Cuánto he pensado, y pienso,
en esta ciudad sin alguien, cada día sin
alguien.
Esta obstinada ciudad del aire.
La ciudad que en el aire se mantiene:
digo, la luz que siembra la hermosura,
que toda es un presente. Y ya no vuelve. ng.
domingo 7 de abril de 1985
de Anuarios
del tiempo..,T.Vlll, Ediciones “Buenamontaña”. S. S. de Jujuy 2007.