EL RÍO
DE LA VIDA NO VUELVE, FLUYE FUGAZMENTE,
Y ES
EL MISMO Y ES DISTINTO AL MISMO TIEMPO.
Estamos
transitando los últimos días del 2012. Y como sucede en muchos casos,
intentamos volver la mirada a los días transcurridos y al corazón, para
preguntarnos si los frutos percibidos y gustados se dieron aromáticos e
intensos, si los abrazos fueron cálidos o ausentes, si la amistad nos
ennobleció o siguió, impasible, su camino, si el Amor iluminó el sendero del
presente y del recuerdo, si nos convocó para enternecer el alma y la realidad.
Los poetas indagamos si Venus nos iluminó, si lo
reconocimos entre las muchas estrellas, porque como decía el cronista sensible de esta querida
ciudad, allí habita la poesía, inefable, innovadora, recóndita, balsámica y
hacedora. ¿Trabajamos con ímpetu y compromiso? ¿Construimos con ahínco la
palabra, cada uno de los pensamientos?
Si todos los
hombres, desde el lugar asignado, contribuiríamos con un granito de arena
siquiera al sentido optimista y generoso
de la existencia, el mundo sería mejor. Porque, amigos, el río de la vida no
vuelve, fluye fugazmente, y es el mismo y
es distinto al mismo tiempo.
Reflexionemos, y
más allá de la propia y silenciosa contestación, dispongámonos a a renacer con
ímpetu y entereza, aprendamos de los errores, e intentemos trabajar por una
realidad más justa y solidaria.
Agradecemos a los escritores
que colaboraran con esta Página
Literaria que intentó informar y emocionar.
A los lectores, que
compartieron este trayecto de esperanzas, nuestro saludo especial.
A los Directores de esta
empresa y a su personal, Felicidades!
Y nos despedimos con algunos
poemas y saludos recibidos por escritores y lectores con los cuales existe la
afinidad radiante y esplendorosa del Arte.
¡Hasta el próximo año,
Felicidades
Susana Quiroga
MEDITACIÓN
DE HOGAÑO
en el pasaje de final a comienzo,
Toda distancia es breve si
al medirla
se
emplean de medida el sentimiento,
la
pasión, valorables instrumentos
que
bien dispone el alma al advertirla
El Portador de Flores, Diego Rivera |
es
así como el año llega y pasa
celebrado
en el rito que retorna
con
vestidos y caras que se adornan
al
ritmo pendular en cada casa.
nos
deja y nos encuentra en improbable
enlace
de alegrías y tristezas:
un
oxímoron ligero y entrañable.
el
corazón hospeda la incerteza:
partida
y regreso, ineluctables
del
tiempo que concluye pero empieza.
Susana Romano Sued, Córdoba
***
Mañana mismo
a la hora en que los Bancos
abren sus guaridas y
largas colas serpentean de
impotencia y
aburrimiento
plantaré un árbol
pequeño
sobre la loma más
alta
que mira a los dos mares.
Es la única deuda
exigible
que me queda por pagar.
Mar del Plata, 2002
Enrique R Bossero,
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