sábado, 2 de noviembre de 2013

AQUEL VIAJE

De pronto, te bañó el crepúsculo los gestos, y todo el rostro destelló iluminado de rojizoanaranjado. El avión giró y un ala sombreó tu frente, pero no tu sonrisa que seguía pintando tus pensamientos, tus anhelos.
Abajo, la Amazonia serpenteada de reflejos. Poco a  poco, el verde se hizo azulgris mientras el sol jadeaba y se resistía al abandono. Clavaba sus rayos en el cielo todavía transparente, se perdía palmo a palmo en el horizonte.
          Un mar azulnegro. Un cielo naranjagris.
Te miré y me sumé a la magia del momento y quise que compartiéramos el próximo destino: mar, selva o desierto.

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