viernes, 10 de febrero de 2012

JOAQUÍN GIANNUZZI, REFERENTE DE LA POESÍA ARGENTINA



“Estoy en un valle del norte de mi país.
Naturalmente es verano y me circundan
verdes montañas apacibles…” J.G.

El 26 de enero de 2004 moría el poeta Joaquín Giannuzzi, tan relacionado a nuestros poetas y a nuestros lectores. Se había casado con una prestigiosa escritora jujeña, Libertad Demitrópulos. Fue uno de los poetas que buscó una literatura que se identificara con la realidad lírica y reflexiva, una literatura intensa, de incertidumbre. Había nacido en 1924 en Bs.As. Ejerció el periodismo y la crítica literaria en diversos medios, entre ellos la revista Sur y los diarios Crítica, La Nación y Clarín. Su vida de escritor estuvo dedicada a la poesía. Fue distinguido con el Premio Vicente Barbieri otorgado por la SADE (1957), el Primer Premio Fondo Nacional de las Artes (1963 y 1977), el Gran Premio de Honor Fundación Argentina para la Poesía (1979), el Segundo Premio Nacional de Poesía (1981), el Primer Premio Municipal de Poesía (1980 - 1982), el Primer Premio Nacional de Poesía (1992) y el Premio Esteban Echeverría (1993). Publicó: Nuestros días mortales (Sur, 1958), Contemporáneo del mundo (1962), Las condiciones de la época (1967), Señales de una causa personal (1977), Principios de incertidumbre (1980), Violín obligado (1984), Cabeza final (1991), Apuestas en lo oscuro, Emecé (2000), y Obra Poética (Obras completas, Emecé, 2000).
Tuvimos la suerte de conocerlo junto a poetas amigos como Néstor Groppa, Jorge Calvetti, Mario Busignani, Andrés Fidalgo, referentes inevitables de la poética argentina. Imagino que todos ellos desde otra dimensión, hablarán de poesía, de la fugacidad de la vida, olvido, de amores, seguramente, y mirando un espacio íntimo, compartirán algunos versos. Diferentes estilos, voces, pero tan líricos que trascienden el universo estético.
La poesía une, trasciende, mueve, conmueve, transgrede, siembra, ennoblece, bucea, celebra.
Celebremos el recuerdo.
Susana Quiroga

CANTO A SÍ MISMA

A los noventa años la abuela
susurraba canciones de su juventud
como si oliera flores frescas
recién llegadas
desde un remoto territorio muerto.
En un círculo de ancianas, dormitando
en su clausura arterial, ajenas
a toda música, ella
doraba esos escombros fríos
ante un universo que huía
como si nada hubiera perdido, allí
donde ya no quedaba nada que perder.
                ***

AUTOCRÍTICA

El sol ocupa toda la tarde
estoy solo y lírico en la tarde
estoy hecho un amarillo poema perfecto
pero en lugar de escribirlo
enviudé mi juventud
me aseguré el tabaco y el café
una a una he chupado las costillas de la estética
pero el jugo secreto no me fue revelado
no encuentro un personal sistema de lenguaje
quiero decir un acto de escritura
que mis contemporáneos interpreten adecuadamente mal.
                               ***

MIENTRAS HAYA REUNIÓN
Mientras estemos besándonos no moriremos
mientras duren nuestros besos no caerán las hojas
mientras tu lengua y la mía sean una
el sol no se pondrá
mientras tu boca y la mía digan la misma palabra
se detendrán las obras en construcción
mientras nuestras manos se junten
no sonará el teléfono
mientras nuestros cuerpos se abracen no habrá mundo,
ni historia, ni canciones, ni ciudades ni comercio,
ni contradicciones.
El cielo hará lo que le plazca
porque no habrá otra parte en ninguna parte
porque el todo estará aquí
y nada podrá sobrevivirnos.
                ***

ES VERANO
Estoy en un valle del norte de mi país.
Naturalmente es verano y me circundan
verdes montañas apacibles.
Sentado en el pasto, semidesnudo al sol
animado por un aliento vegetal
observo que estoy a la misma distancia
de todos los puntos e instantes del horizonte circular.
Y nadie a mi lado para desmentir
que éste es el centro subjetivo de algo,
de algo más grande que nosotros.

Obra Poética, Obras completas, Emecé, 2000.

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